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lunes, 18 de octubre de 2010

¿PORQUÉ ES TAN EFICAZ LA TERAPIA DE GRUPO?

El grupo es más efectivo en términos económicos que la visita individual porque permite tratar a varias personas en el espacio de tiempo que se trata a una o dos personas. El tratamiento de grupo facilita que el paciente tenga un feedback con los otros miembros en relación a sus sentimientos, a escuchar y comprender sentimientos y emociones de otras personas, a no ser el foco de atención y a compartir la atención y el tiempo con otras personas. En el grupo se puede:

  1. Aprender por imitación de modelos

  1. Transmitir esperanza y confianza en la recuperación

  1. Compartir información sobre drogas y problemas relacionados

  1. Reconocer, anticipar y enfrentar situaciones de riesgo

  1. Facilitar el insight y la introspección

  1. Disminuir la tendencia a la negación y a la minimización

  1. Aumentar la motivación para la abstinencia total

8. Responder a la necesidad de los adictos de sentirse aceptados

Por otro lado, también se dan casos que es mejor no incorporar a grupos. Son las personas con un fuerte componente paranoico, las personas que precisarían toda la atención del grupo y aquellos que muestren una resistencia extraordinaria. Ciertas patologías psiquiátricas o estados evolutivos de las mismas pueden distorsionar un grupo para abandonar las drogas.

En la terapia de grupo el profesional es un moderador y el principal transmisor de información son los otros miembros del grupo, reservando el profesional el papel de moderador. Los grupos pueden ser mixtos (pacientes y familiares). Estos grupos son muy útiles para que las parejas reconozcan los síntomas del paciente y algunos propios como la codependencia.

La puntualidad, la regularidad, el respeto y la discreción son normas generales en todos los grupos, al igual que la no violencia ni física ni verbal hacia el terapeuta o hacia otros miembros del grupo y no acudir intoxicado al grupo. La abstinencia es una norma clave para el buen funcionamiento del grupo. En caso de recaída, el terapeuta puede ayudar a verbalizarla y el grupo a superarla. En caso de ausencia continuada al grupo, el terapeuta puede, coordinando con el terapeuta individual, enviar una carta o telefonear interesándose por el paciente, ya que de esta manera se pueden aclarar los motivos y animarle a volver o a ser derivado a terapia individual. Las ausencias deben de elaborarse en el grupo porque este vive con ansiedad los abandonos de los otros miembros. Se recomienda respetar las opiniones de los otros miembros y del moderador (terapeuta) y avisar si no se puede asistir.

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