El juego y sus efectos en el cerebro. Desde las máquinas tragaperras a las apuestas online, cada vez son más las personas aficionadas al juego.
Según un estudio de la Universidad de Cambridge que analizó el las reacciones cerebrales de jugadores, descubrió que responden con una sensación de placer casi idéntica cuando ganan un premio, que cuando están “a punto de ganarlo”. Durante esta investigación se descubrió, que en en en el cerebro, concretamente en el cuerpo estriado y la ínsula interior eran activados de forma intensa cuando el jugador “””casi ganaba””” la apuesta, la misma activación que ocurría cuando ganaba de verdad.
Esto nos daría pistas sobre los comportamientos compulsivos hacia el juego. En el estudio se estudiaron las reacciones cerebrales de 15 voluntarios que a través de Resonancia magnética dieron información de sus reacciones cerebrales mientras estaban jugando a las máquinas tragaperras.
Apostar a la Super Bowl, al poker o a la ruleta tiene su parte de emoción. Internet multiplicado las facilidades de apostar con los juegos online. El hecho de ganar o perder tiene efectos en el cerebro. Jugar online aporta la misma sensación de emoción pero además es fácil y rápido solo encender el ordenador “un clic” y estás jugando.
Según Kyle Siler de la Universidad de Cornell, ha estudiado 27 millones de manos de poker en línea y comenta: Los jugadores han de ser honestos con ellos mismos y saber cuando hay que retirarse”“. Hay que ponerse un límite para dejar de jugar y cumplirlo. “Cuantas más manos se ganan más dinero se pierde”, especialmente si los jugadores son novatos, (ya que no sabrán retirarse a tiempo). Kyle Siler hace un inteligente símil:
“Los jugadores pueden estar ganando pequeñas batallas pero al final perderán la guerra”
¿por qué seguimos jugando entonces?
Porque nuestro cerebro nos juega “malas pasadas”, lo que se ha constatado en investigaciones es que los mismos centros cerebrales se activan cuando se está cerca de conseguir un premio (cuando la máquina tragaperras muestra dos casillas iguales y solo nos falta una tercera para ganar). Nuestro cerebro responde a estos “casi premios” como si fueran ya un premio y responde con sensación de excitación, y alegría aunque el resultado sea técnicamente que se ha perdido.
En un juego de habilidad como el billar, o el “tiro al blanco” es positivo que el cerebro proporcione sensaciones gratificante cuando se está a punto de lograr un objetivo. Se trata de un aprendizaje. Los juegos de azar no son iguales porque esos “casi premios” pueden resultar perdidas, pero nuestro cerebro “no confunde”…reacciona como si fueran ganancias, solo porque hemos estado “a punto de lograrlo”.
Una investigación dirigida por expertos del Hospital General de Massachusetts (EEUU) y publicado recientemente en la revista ‘Neuron’,indica que la expectativa de una gratificación económica pone en funcionamiento el sistema del cerebro que también procesa la «recompensa» que ofrecen las drogas o la comida. Así, este trabajo señala que la adicción al juego parece activar las mismas zonas del cerebro que se ponen en funcionamiento con el consumo de la cocaína.
Para la mayoría de la gente, jugar es agradable e inofensivo, pero ciertas personas, jugar es tan destructivo como ser adicto a las drogas, comentaCatharine Winstanely profesora adjunta del Dpto. de Psicología de laUnivesity of British Columbía´s.
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