Utilizar sustancias en un paciente que sufre algún tipo de trastorno mental provoca una dificultad superior para el trato de los síntomas, una recuperación muy dificultosa, y una más lenta evolución clínica en ese paciente.
La teoría es que curar un trastorno mental ya es difícil de por sí, pero si aun provocamos otro por el uso de sustancias, aun es más costosa la cura. Además, mezclando dos tipos de trastornos mentales se puede producir una mayor cronicidad, una gran dificultad para tratar los síntomas y lo que es peor, una mayor frecuencia de hospitalizaciones y ciclos rápidos. Así nos lo hizo saber el doctor José Martínez Raga.
Para el doctor José Martínez Raga, la consumición de estimulantes en muchos casos puede causar un trastorno bipolar, y que esta fase de euforia puede ir acompañada de episodios maníacos, depresivos, o de ambos. Se han dado casos de personas con trastornos bipolares que aparte eran adictas al alcohol o a otras sustancias peores, y es que recientes estudios han demostrado que estas personas con problemas de bipolaridad, son más propensas a sufrir adicciones que otras.
Por lo que revelan unos datos suministrados por el Observatorio Europeo de las Toxicomanías y las Drogas, la tasa de prevalencia de consumo de cocaína entre jóvenes y adultos de entre 15 y 34 años en Europa, se posiciona casi al mismo nivel que en Estados Unidos y Rusia, siendo de un 4,6%, y estando muy por arriba de la media de la UE, que mantenía un 18%.
Respecto al consumo de éxtasis, anfetaminas o cannabis, los datos que se observan son muy parecidos. Este suceso podría apoyar la especial relevancia del problema en España e indirectamente permitiría extrapolar su repercusión sobre la patología dual.
La patología dual es la convivencia de dos trastornos que pueden ser independientes o no, aunque sí son inactivos. Este término se utiliza habitualmente para referirse a la presentación parecida de TUS, Trastorno por Uso de Sustancias, y otros trastornos mentales.
Los pacientes que sufren la patología dual suelen evolucionar peor en lo que se refiere a clínicamente. Además tienden a una mayor cronicidad de los dos trastornos comóbridos, sufren síntomas más complicados de tratar, como por ejemplo los de tipo afectivo mixto, y por ultimo suelen tardar muy poco en volver a hospitalizarse después de haber salido de la clínica. Por otra parte, hablando más de lo personal, estos pacientes también presentan un mayor riesgo de suicidio en lo largo de sus vidas, comparándolos con los pacientes con el mismo trastorno bipolar, pero que no toman otros estupefacientes ni abusan de otras sustancias. Los pacientes más propensos al suicidio a causa de la patología dual tienen el 39,5% de posibilidades de suicidio, frente a los que no tienen patología dual y simplemente tienen bipolaridad, que es de un 23,8%.
Todos estos factores resaltan la importancia de una adecuada y completa evaluación diagnóstica de esta patología dual y de llevar a cabo un tratamiento individualizado teniendo en cuenta todos los trastornos comórbidos, sus interrelaciones y sus implicaciones pronosticas con el objetivo final de conseguir un tratamiento en estos pacientes que proporcione la mayor efectividad terapéutica posible.
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