La codependencia como cuadro disfuncional se origina en el seno de las familias con dependencia química y/o disfuncionales, en las que los niños adquieren percepciones distorsionadas sobre el amor, la seguridad y la aceptación (Johnson, 1986).
De acuerdo con Cermak (1986) los criterios diagnósticos de esta condición son:
A. Autoestima continuamente basada en la habilidad para controlar (a si mismo y a otros) a pesar de las consecuencias adversas de este patrón.
B. Adquisición de responsabilidad para atender las necesidades de otros en detrimento del reconocimiento de las propias necesidades.
C. Ansiedad y distorsiones en torno a la intimidad y la separación.
D. Involucramiento en relaciones con personas adictas, con trastornos de personalidad, codependientes o con trastornos del control de impulsos.
E. Tres o mas de los siguientes síntomas:
1. Negación.
2. Represión de emociones.
3. Depresión.
4. Hipervigilancia.
5. Conductas compulsivas.
6. Ansiedad.
7. Abuso de sustancias.
8. Ha sido o es victima de abuso físico o sexual recurrente.
9. Enfermedad medica relacionada con el estrés.
10. Permanencia en una relación primaria con una persona adicta por lo menos dos años sin buscar ayuda externa.
Es importante especificar que el impacto del alcoholismo no solo abarca a la pareja del alcohólico, sino también a los demás miembros del sistema familiar.
Los hijos:
Hoy en día en Estados Unidos, hay alrededor de 34 millones de niños y adultos que son seres únicos. Son únicos en el sentido de que tienen más probabilidad que cualquier otro grupo identificable, de volverse alcohólicos.
Son personas que crecieron, o están creciendo, en hogares donde el alcoholismo es un problema (Black, 1991).
Los hijos de alcohólicos se ven profundamente afectados por la enfermedad de alguno de sus padres.
Los hijos de alcohólicos tienen una probabilidad cuatro veces mayor que otros niños de convertirse en alcohólicos. La mayoría de los hijos de alcohólicos han experimentado cierta forma de abandono o abuso (American Academy of Chile y Adolescent Psychiatry, 1999)
Un niño en este tipo de familia puede tener una variedad de problemas:
• Culpabilidad: el niño puede creer que es la causa primordial de que su padre/madre abuse de la bebida.
• Ansiedad: el niño puede estar constantemente preocupado acerca de la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer a las peleas y la violencia entre sus padres.
• Vergüenza: los padres pueden trasmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que esta avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.
• Incapacidad de establecer amistades: como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre/madre que bebe, no se atreve a confiar en otros.
• Confusión: el padre alcohólico cambia de momento, va de ser amable a ser violento sin ninguna relación con el comportamiento del niño.
• Ira: el niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo y protección.
• Depresión: el niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación. (American Academy of Child y Adolescent Psychiatry, 1999)
Un estudio realizado por la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic (2002) que tuvo como objetivo conocer el perfil psicosocial y los factores de riesgo específicos de los hijos de alcohólicos con edades que van de los 6 a los 17 años. El estudio analizaba los datos de 371 hijos de alcohólicos que se comparaban con los de un grupo control, formado por 148 escolares. Los resultados del perfil psicosocial indican que los hijos de alcohólicos presentan peor ambiente familiar, menor nivel socioeconómico, peor rendimiento cognitivo y escolar, más síntomas de psicopatología y mayor necesidad de asistencia psicológica, que los del grupo control.
Algunos hijos de alcohólicos tratan de actuar como "padres" responsables de la familia y entre sus amigos. Tratan de hacerle frente al alcoholismo convirtiéndose en personas controladoras, que tienen mucho éxito en la escuela, pero que viven emocionalmente aislados de otros niños y maestros. Sus problemas emocionales no son aparentes hasta que se convierten en adultos. (American Academy of Child y Adolescent Psychiatry, 1999)
Aparte de que los hijos de alcohólicos tienen una gran probabilidad de convertirse en alcohólicos, las investigaciones demuestran también que a menudo tienden a casarse con personas que ya son o van a ser alcohólicas.
Es posible que aunque no se vuelva alcohólico o se case con alguien alcohólico, desarrolle patrones emocionales y psicológicos, o de ambos tipos, que podrían causarle problemas en su edad adulta. Los adultos que fueron hijos de alcohólicos frecuentemente tienen dificultades para identificar y expresarlos sentimientos. Se vuelven muy rígidos y controladores. Algunos descubren que son completamente dependientes de los demás; sienten que no tienen el menor sentido de poder de decisión respecto de la forma en que viven. A menudo sus vidas están llenas de una sensación difusa de temor y de culpa. Muchos se sienten deprimidos y con frecuencia no tienen la capacidad de sentirse cercanos de otro ser humano ni de establecer una relación de intimidad con nadie. Todos estos factores desempeñan un papel de vital importancia en las vidas profesional y personal de los hijos de los alcohólicos (Black, 1991).
Los hijos que crecen en hogares donde el alcoholismo es un problema rara vez aprenden la combinación de papeles que construye una personalidad sana. Por el contrario, se encasillan en papeles basados en su percepción de lo que necesitan hacer para "sobrevivir" y para aportar algo de estabilidad en sus vidas (Black, 1991).
Fuente: Estudio realizado por Alazraki Yossifoff, Claudia.
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