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martes, 28 de septiembre de 2010

SÍNTOMAS DE LA CODEPENDENCIA

Esta lista de características y patrones de comportamiento puede servir como una herramienta de ayuda para efectuar una autoevaluación, especialmente entre los participantes nuevos.


PATRONES DE NEGACIÓN:

Tengo dificultad para identificar lo que siento.

Minimizo, modifico o niego lo que siento realmente.

Me percibo como una persona totalmente desinteresada y dedicada al bienestar de los demás.


PATRONES DE BAJA AUTOESTIMA:

Tengo dificultad para tomar decisiones.

Juzgo duramente todo lo que pienso, digo o hago, como algo que no es “lo suficientemente bueno”.

Me siento avergonzado al recibir reconocimiento, elogios o regalos.

No le pido a los demás que satisfagan mis necesidades o deseos.

Valoro más la aprobación que me dan los demás por mi comportamiento, ideas y sentimientos que la que me doy yo mismo.

No me percibo como una persona valiosa o digna de recibir amor.


PATRONES DE CONFORMIDAD:

Actúo en contra de mis valores e integridad para evitar el enojo o el rechazo de otras personas.

Soy extremadamente sensible a los sentimientos de los demás y los incorporo como propios.

Soy sumamente leal y permanezco en situaciones dañinas demasiado tiempo.

Le doy más valor a las opiniones y los sentimientos de los demás que a los míos y frecuentemente temo expresar mis opiniones y sentimientos cuando difieren de los de los demás.

Dejo a un lado mis propios intereses y pasatiempos para hacer lo que otros desean hacer.

Acepto una relación sexual como un substituto del amor.


PATRONES DE CONTROL:

Creo que la mayoría de la gente no es capaz de cuidarse a sí misma.

Trato de convencer a los demás de lo que deben pensar o sentir.

Me resiento cuando los demás no me dejan ayudarlos.

Ofrezco consejos y orientación a los demás, sin que se me pida.

Me desvivo por hacer regalos y favores a quienes quiero.

Utilizo el sexo para ganar aprobación y aceptación.

Tengo que sentir que “me necesitan” a fin de tener una relación con los demás. 




EFECTOS DEL ALCOHOLISMO COMO ENFERMEDAD DE CONTAGIO FAMILIAR

Conforme la gente avanza en el alcoholismo, lo más normal es que el cónyuge se preocupe cada vez más por la conducta del alcohólico. Esta preocupación se denomina coalcoholismo y hoy en día se le denomina codependencia (Black, 1991).



La codependencia como cuadro disfuncional se origina en el seno de las familias con dependencia química y/o disfuncionales, en las que los niños adquieren percepciones distorsionadas sobre el amor, la seguridad y la aceptación (Johnson, 1986).



De acuerdo con Cermak (1986) los criterios diagnósticos de esta condición son:



A. Autoestima continuamente basada en la habilidad para controlar (a si mismo y a otros) a pesar de las consecuencias adversas de este patrón.



B. Adquisición de responsabilidad para atender las necesidades de otros en detrimento del reconocimiento de las propias necesidades.



C. Ansiedad y distorsiones en torno a la intimidad y la separación.



D. Involucramiento en relaciones con personas adictas, con trastornos de personalidad, codependientes o con trastornos del control de impulsos.



E. Tres o mas de los siguientes síntomas:



1. Negación.

2. Represión de emociones.

3. Depresión.

4. Hipervigilancia.

5. Conductas compulsivas.

6. Ansiedad.

7. Abuso de sustancias.

8. Ha sido o es victima de abuso físico o sexual recurrente.

9. Enfermedad medica relacionada con el estrés.

10. Permanencia en una relación primaria con una persona adicta por lo menos dos años sin buscar ayuda externa.



Es importante especificar que el impacto del alcoholismo no solo abarca a la pareja del alcohólico, sino también a los demás miembros del sistema familiar.



Los hijos:



Hoy en día en Estados Unidos, hay alrededor de 34 millones de niños y adultos que son seres únicos. Son únicos en el sentido de que tienen más probabilidad que cualquier otro grupo identificable, de volverse alcohólicos.



Son personas que crecieron, o están creciendo, en hogares donde el alcoholismo es un problema (Black, 1991).



Los hijos de alcohólicos se ven profundamente afectados por la enfermedad de alguno de sus padres.



Los hijos de alcohólicos tienen una probabilidad cuatro veces mayor que otros niños de convertirse en alcohólicos. La mayoría de los hijos de alcohólicos han experimentado cierta forma de abandono o abuso (American Academy of Chile y Adolescent Psychiatry, 1999)



Un niño en este tipo de familia puede tener una variedad de problemas:



• Culpabilidad: el niño puede creer que es la causa primordial de que su padre/madre abuse de la bebida.



• Ansiedad: el niño puede estar constantemente preocupado acerca de la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer a las peleas y la violencia entre sus padres.



• Vergüenza: los padres pueden trasmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que esta avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.



• Incapacidad de establecer amistades: como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre/madre que bebe, no se atreve a confiar en otros.



• Confusión: el padre alcohólico cambia de momento, va de ser amable a ser violento sin ninguna relación con el comportamiento del niño.



• Ira: el niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo y protección.



• Depresión: el niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación. (American Academy of Child y Adolescent Psychiatry, 1999)



Un estudio realizado por la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic (2002) que tuvo como objetivo conocer el perfil psicosocial y los factores de riesgo específicos de los hijos de alcohólicos con edades que van de los 6 a los 17 años. El estudio analizaba los datos de 371 hijos de alcohólicos que se comparaban con los de un grupo control, formado por 148 escolares. Los resultados del perfil psicosocial indican que los hijos de alcohólicos presentan peor ambiente familiar, menor nivel socioeconómico, peor rendimiento cognitivo y escolar, más síntomas de psicopatología y mayor necesidad de asistencia psicológica, que los del grupo control.



Algunos hijos de alcohólicos tratan de actuar como "padres" responsables de la familia y entre sus amigos. Tratan de hacerle frente al alcoholismo convirtiéndose en personas controladoras, que tienen mucho éxito en la escuela, pero que viven emocionalmente aislados de otros niños y maestros. Sus problemas emocionales no son aparentes hasta que se convierten en adultos. (American Academy of Child y Adolescent Psychiatry, 1999)



Aparte de que los hijos de alcohólicos tienen una gran probabilidad de convertirse en alcohólicos, las investigaciones demuestran también que a menudo tienden a casarse con personas que ya son o van a ser alcohólicas.



Es posible que aunque no se vuelva alcohólico o se case con alguien alcohólico, desarrolle patrones emocionales y psicológicos, o de ambos tipos, que podrían causarle problemas en su edad adulta. Los adultos que fueron hijos de alcohólicos frecuentemente tienen dificultades para identificar y expresarlos sentimientos. Se vuelven muy rígidos y controladores. Algunos descubren que son completamente dependientes de los demás; sienten que no tienen el menor sentido de poder de decisión respecto de la forma en que viven. A menudo sus vidas están llenas de una sensación difusa de temor y de culpa. Muchos se sienten deprimidos y con frecuencia no tienen la capacidad de sentirse cercanos de otro ser humano ni de establecer una relación de intimidad con nadie. Todos estos factores desempeñan un papel de vital importancia en las vidas profesional y personal de los hijos de los alcohólicos (Black, 1991).



Los hijos que crecen en hogares donde el alcoholismo es un problema rara vez aprenden la combinación de papeles que construye una personalidad sana. Por el contrario, se encasillan en papeles basados en su percepción de lo que necesitan hacer para "sobrevivir" y para aportar algo de estabilidad en sus vidas (Black, 1991).



Fuente: Estudio realizado por Alazraki Yossifoff, Claudia. 

FAMAILLA - CAMPAÑA CONTRA LAS DROGAS II

La edad en que el adolescente se inicia en el consumo de marihuana se registra en la niñez, entre los 11 y los 18 años, dijo el doctor Miroli.

Apuntó que el 82,7 por ciento de las personas que fumaron su primer cigarrillo de marihuana lo hicieron en su etapa preadolescente, datos que mantuvieron durante los años que fueron del 93 al 98.

Aseguró que es alrededor de los 20 y 25 años, cuando el joven pasa al consumo de cocaína mayoritariamente, aunque hay algunos que consumen cocaína a los 14 años como otros a los 30, que inciden en menor medida.

Otra verdad sobre los porros: sólo el 2% de los fumetas acaba una carrera...




Un estudio desvela que uno de cada cinco adolescentes españoles ha fumado porros en el último mes.


Más preocupante es que tan sólo el dos por ciento de los consumidores habituales de cannabis acaba una carrera universitaria y que los efectos en los consumidores habituales son múltiples y negativos.

Psiconeuroinmunología



LO QUE EL CORAZON QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA


Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.


Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa).

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.


IMA SANCHÍS - 18/10/ 2004


-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.


-¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.


-¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.


-¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.


-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.


-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.


-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.


-Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.


-Más recursos...
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.


-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".


-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.


-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harvard han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.


-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.


-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.


-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.


-Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.


-Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

domingo, 26 de septiembre de 2010

MDMA O ÉXTASIS



El éxtasis es una droga psicoactiva de origen sintético con propiedades estimulantes y empatógenas de sabor amargo. Suele relacionarse y confundirse con el MDA y otras fenetilaminas de anillo sustituido. 

El MDMA se particulariza por sus efectos empatógenos, relativos a una sensación subjetiva de apertura emocional e identificación afectiva con el otro. Estas propiedades distintivas estarían mediadas por un incremento en los niveles del neurotransmisor serotonina en las sinapsis neuronales y otros neurotransmisores, principalmente la noradrenalina y, en menor medida, la dopamina. La actividad de la serotonina se ha relacionado funcionalmente con los estados de ánimo y el humor.


El MDMA, comúnmente conocido como "éxtasis" "Eva" o "píldora del amor" es un compuesto anfetamínico que corresponde a la molécula química 3,4-metilendioximetanfetamina, cuyos derivados son la MDEA, MDA (3,4-metilendioxianfetamina) y la PMA (parametoxianfetamina). Todas éstas sustancias psicoactivas, producen efectos híbridos entre las anfetaminas y el LSD (Dietilamida del ácido Lisérgico), pues comparten efectos y características químicas de ambos subgrupos de drogas. El MDMA, comúnmente conocido como "éxtasis", es una molécula perteneciente al grupo de las fenetilaminas y está emparentada estructuralmente con el alcaloide mescalina, derivado químico de diversos compuestos aromáticos que está presente en varias especies vegetales.

Efectos del extasis:

Físicos:
Energía, alta sensibilidad y reducción de la ansiedad al contacto físico, mayor tolerancia a la fatiga, taquicardia, arritmia e hipertensión, pérdida del apetito, sequedad de boca, sudoración, deshidratación, hipertermia, sobrestimulación (aumento del estado de alerta, insomnio). En altas dosis produce náuseas, vómitos, temblores, hiperactividad motora, escalofríos y deshidratación severa; pueden experimentarse problemas cardiacos o una insuficiencia renal aguda, que podrían provocar la muerte.

Psicológicos:
Ansiedad, irritabilidad, sensación de euforia, estado de placer, sensación de empatía con los demás, locuacidad, omnipotencia. Dosis elevadas pueden producir ansiedad, pánico, confusión, insomnio, sicosis y fuertes alucinaciones visuales o auditivas.

Cuando estas sensaciones decaen, sobreviene agotamiento, fatiga, inquietud y depresión, estados que pueden durar varios días.

Dado el alto número de personas que se supone ha empleado éxtasis en las últimas décadas, esta droga puede provocar abuso y dependencia.

METH Como actúa



Las anfetaminas son sustancias derivadas de la "Beta-fenil-isopropil-amina". Son drogas adictivas (Moderada-Alta) y neurotóxicas. Las más utilizadas son: Benzedrina, Dexedrina y la Metilanfetamina. Son un fuerte estimulante y se relaciona inadecuadamente con todos los deportes para disminuir la sensación de fatiga. Una de sus aplicaciones más usuales es como auxiliar en la reducción de peso. 

Las anfetaminas son un tipo de droga que estimulan el Sistema Nervioso Central. Se presentan en forma de pastillas o cápsulas de diferente forma y color. Pueden ser legales si son consumidas bajo un estricto control médico, sin embargo, el abuso de las mismas se produce cuando son adquiridas y consumidas de manera ilícita.


Efectos de las anfetaminas:

A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina, trastornos amnésicos e incoherencia. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios.

 Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.